¿Un futuro aséptico? Incapaz de hacer, de amar e, incluso, de pecar

octubre 15, 2024 Gran Reinicio, Erotismo de autor

Simplemente aberrante.

«Veronica Baker»


¿Un futuro aséptico? Incapaz de hacer, de amar e, incluso, de pecar

Ian Yeoman, Michelle Mars. Robots, men and sex tourism = Robots, hombres y turismo sexual (2011). https://doi.org/10.1016/j.futures.2011.11.004.

«En 2050, en el barrio rojo de Ámsterdam todo girará en torno a prostitutas androides que no padecen infecciones de transmisión sexual (ITS), no traídas de contrabando desde Europa del Este y forzadas a la esclavitud. El ayuntamiento tendrá un control directo sobre las trabajadoras sexuales androides, controlando precios, horarios y servicios sexuales».

Este documento presenta un escenario futurista sobre el turismo sexual, analiza los motores del cambio y las implicaciones para el futuro.
El documento lleva la verosimilitud al límite, ya que las fronteras entre la ciencia ficción y la realidad se difuminan en el mundo cada vez más tecnificado, consumista y humano, un paradigma conocido como liminalidad.

¿Un futuro aséptico?
Un futuro aséptico y no tan lejano con escenarios a lo Blade Runner…

Un futuro aséptico, no muy lejano, con escenarios al estilo de «Blade Runner«, al menos en lo que al sexo de pago se refiere.

Así lo describe un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Wellington (Nueva Zelanda).

En el trabajo, titulado Robots, men and sex tourism (en español, «Robots, hombres y turismo sexual»), se prevé que dentro de unos años, gracias a los avances tecnológicos, se habilitarán casas cerradas en las que, en lugar de prostitutas de carne y hueso, los visitantes podrán entretenerse con robots-prostitutas.

Es lo que ocurría en la famosa película de Ridley Scott, en la que Pris (Daryl Hannah), una de las replicantes a las que Deckard (Harrison Ford) da caza, era en realidad una «modelo de placer», creada para el entretenimiento de los seres humanos.

Los investigadores neozelandeses escriben en su estudio que esta «innovación» liberaría a los seres humanos de los problemas morales que suelen asociarse a la frecuentación de prostitutas.

Es evidente que hay personas en el mundo a las que les gustaría reducirnos a meras marionetas a su entera disposición, incapaces de hacer nada de forma independiente.

Actuar, hacer, amar, errar.
E incluso pecar.

Simplemente aberrante.