octubre 3, 2024 Internet y vida virtual
Así, las relaciones virtuales se vuelven gradualmente más importantes que las reales y la gente se va aislando poco a poco hasta vivir en un mundo paralelo poblado por personas idealizadas.
Trastorno de adicción a Internet
El uso continuado de los teléfonos inteligentes ha llevado a la población mundial a desarrollar una adicción compulsiva a los dispositivos electrónicos en general, y a Internet en particular.
En 1995, el psiquiatra Ivan Goldberg propuso de forma muy provocadora la introducción de un nuevo síndrome denominado Trastorno de Adicción a Internet en el DSM IV.
Hoy, en 2024, ya no se cuestiona en absoluto la existencia de este trastorno, a pesar de que todavía no puede utilizarse a efectos legales o de seguros.
El «síndrome» de adicción a Internet presenta síntomas comparables a los del juego patológico (Internet Gaming Disorder), clasificados según los criterios diagnósticos nosográficos categóricos del DSM-IV.
El «síndrome» de adicción a Internet presenta síntomas comparables a los del juego patológico (Internet Gaming Disorder), clasificados según los criterios diagnósticos nosográficos categóricos del DSM-IV.
Su diagnóstico se realiza mediante una prueba específica, que arroja un resultado positivo si la persona responde afirmativamente a cinco o más de las siguientes preguntas :
¿Está excesivamente involucrado con Internet (piensa en su conexión anterior o ya está planeando su próxima conexión a Internet)?
¿Necesita pasar cada vez más tiempo conectado a Internet?¿Ha intentado reducir el uso de Internet, pero sin éxito?
¿Se siente inquieto, nervioso, deprimido o irritable si intenta reducir (o interrumpir temporalmente) su uso de Internet?¿Pasa más tiempo en la red del que pretendía en un principio?
¿Ha mentido alguna vez a su familia ocultando el tiempo que se conecta a Internet?¿Utiliza Internet para olvidarse de sus problemas o para sentirse mejor?
Como ya se ha mencionado, la adicción a Internet tiene muchas similitudes con la ludopatía, las compras compulsivas y, en algunos aspectos, incluso con el consumo de drogas.
De hecho, la adicción a Internet presenta las siguientes características esenciales :
Dominio : la actividad (como una droga) domina constantemente los pensamientos y el comportamiento.
Inestabilidad del estado de ánimo : el inicio de la actividad (como en el consumo de drogas) provoca cambios en el estado de ánimo.Tolerancia : con el tiempo aumenta la necesidad de aumentar el consumo para obtener un efecto placentero, pero este tiende a desaparecer con el tiempo.
Abstinencia : cuando se interrumpe o se reduce la conducta (como en el consumo de drogas) aparece una sensación de malestar.Conflicto : consecuencia directa del trastorno, que conlleva consecuencias evidentes en el comportamiento familiar, social, escolar y laboral.
Negación del problema : está presente, como en todas las adicciones, porque produce una sensación placentera.Recaída : tendencia a reiniciar la actividad después de haberla interrumpido, como en el caso del consumo de drogas.
Otras manifestaciones inespecíficas, y por tanto más sutiles, pueden ser las alteraciones del sueño y la fatiga crónica (debido a las frecuentes conexiones nocturnas), la disminución de la eficacia del sistema inmunitario, la alteración del apetito, el escaso cuidado del aspecto personal, los dolores de cabeza, los cambios en la visión, los problemas ortopédicos como los frecuentes dolores de espalda y el síndrome del túnel carpiano (debido al uso continuado del ratón).
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Algunos pueden incluso sufrir verdaderos ataques epilépticos debido a la incesante estimulación visual que provoca pasar mucho tiempo delante de una pantalla de ordenador.
El estado actual de los conocimientos no permite afirmar con certeza qué alteraciones neuroquímicas están implicadas en la aparición del trastorno ni cuáles son sus consecuencias.
Parece que se produce un desequilibrio entre los sistemas serotoninérgico, dopaminérgico y opioide endógeno, sustancias fundamentales para el funcionamiento del sistema nervioso, cuya alteración conduciría a un funcionamiento alterado de los llamados «centros del placer».
Con el tiempo, esta alteración tiende a cronificarse y provoca una especie de «reseteo» cerebral anormal.
Entre las numerosas variantes de la adicción a internet, la más frecuente es, sin duda, la denominada ciberdependencia, que se caracteriza por la tendencia a entablar relaciones de amistad o amorosas con personas conocidas en línea, principalmente a través de redes sociales, chats, foros o grupos de noticias.
Se trata de una forma de relación en la que el anonimato juega un papel fundamental, lo que permite atribuir rasgos físicos y de carácter especiales que están muy alejados de los que se poseen en la vida real.
Esta es la razón principal por la que al final el número de encuentros que se producen con este tipo de conocidos suele ser muy bajo.
Así, las relaciones virtuales acaban teniendo más importancia que las reales y la gente se va aislando poco a poco, viviendo en un mundo paralelo poblado por personas idealizadas.