octubre 11, 2024 Reflexiones de una hereje
La realidad es a menudo el lugar donde se interpreta un papel.
La sinceridad y la mentira. La realidad es a menudo el escenario donde se interpreta un papel

¿Es la mentira más natural que la sinceridad?
Según mi experiencia, diría que sí.
Creo que el comportamiento espontáneo de la humanidad consiste en utilizar hábilmente las palabras para engañar a los demás, mientras que la sinceridad exige un cierto compromiso emocional.
La falsedad, en cambio, se desliza tranquilamente, sin obstáculos.
Toda la historia de los pueblos se ha construido sobre la mentira y, en las relaciones humanas, se basa en la falta de sinceridad, hasta el punto de que se habla de la persona «sincera» como de un «ejemplo», como para subrayar que solo ciertos individuos (los elegidos) son capaces de superar la «fuerza de gravedad» que invariablemente lo devuelve todo al terreno de la falsedad.
¿Es acaso mi visión demasiado pesimista?
Sin embargo, ¿cuántas personas han creído en las palabras de quienes aseguraban amistad, lealtad y amor?
¿Cuántos han sido engañados hasta el punto de ser «quemados» por ellos, hasta el punto de vestir las mismas ropas que aquellos que les habían engañado?
Llegados a este punto, es innecesario decir que amo a las personas de verdad.
Las amo por el mero hecho de ser reales, por el conocimiento de su realidad, por el sentimiento de autenticidad y espontaneidad que emanan.
Con las personas reales podría pasar horas y horas de mis días.
Me gustaría escuchar sus historias y contarles las mías.
Me gustaría alimentarme de la veracidad que son capaces de transmitir.
Así podría sentirme a salvo de los torbellinos que son capaces de crear quienes interpretan papeles que no les corresponden.
Las personas reales son la única razón por la que no me arrepiento del tiempo que paso en ciertos lugares donde es posible conocerlas.
Sin embargo, ¿cree que solo se pueden conocer a las personas reales en la realidad?
Porque la realidad es a menudo el lugar donde uno desempeña un papel.
Ser personas reales no es sinónimo de «existir».
La existencia no tiene nada que ver con la verdad.
Es posible existir y sobre todo vivir en la falsedad, mintiéndonos a nosotros mismos y a los demás.
Y los desplantes no siempre son el medio más adecuado para mostrar nuestra verdadera esencia.
La verdad es un camino silencioso de lealtad y coherencia que debemos recorrer solos antes de proponérnoslo a los demás.
Es cierto que hay muy pocas personas reales, pero, en cuanto se comunican, consiguen expresar un sentimiento indescriptible con palabras, y esa es la verdadera razón por la que estoy a su disposición.