Viola a un niño.
Ejerce violencia física o moral contra las mujeres y cualquier persona más débil.
Divide a las personas en función de su raza, clase social, nacionalidad, color de piel o discapacidad.
Odia, discrimina, juzga, aniquila y masacra en nombre de una religión, ideología o etnia.
Contamina el aire, la tierra y el mar.
Devasta la naturaleza y destruye lo que pertenece a toda una comunidad en beneficio propio.
Ejerce el poder y aplica la justicia según sus propios intereses, sin equidad alguna y con matonismo.
Reprime a las personas que reivindican sus derechos políticos y sociales más elementales, negándoles el derecho a la palabra.
Encarcela, tortura y elimina a sus opositores.
Persigue y elimina personas y luego exige justicia e integridad.
Apoya abiertamente a un dictador, pero en secreto.
Difunde prejuicios y lo llama «justicia».
Se burla y maltrata a las personas con una orientación sexual diferente a la suya.
Priva de estudios y de libros a quienes quieren aprender.
Podría acabar con el analfabetismo, pero no lo hace.
Deja que los niños sin hogar y hambrientos vivan en la calle.
Se considera mejor que los demás solo porque tiene más dinero, aunque lo haya obtenido legítimamente o mediante fraude.Se deja elegir por sus intereses personales o en beneficio exclusivo de un grupo, secta o clan determinado, sin preocuparse por las necesidades de la comunidad en su conjunto.
Ocupando un puesto de responsabilidad, abandona a su suerte a las personas a las que ha sido encomendada su custodia, con el fin de salvaguardar sus propios intereses o su reputación.
… no merece ser llamado ser humano.
Hay que preguntarse cuántos seres humanos quedan en un mundo que cada vez se parece más a un vasto océano de monstruos.
