Están destinados a cambiar nuestra interioridad para siempre…
Hay ocasiones que llegan de repente y cambian nuestra percepción del futuro y también la manera en que hemos interpretado nuestro pasado, tanto cercano como lejano.
Son momentos que están destinados a cambiar nuestra interioridad para siempre.
Nadie sabe cuándo llegarán.
Pero tarde o temprano llegan para todos.
En ese momento, nuestros planes, sueños, esperanzas y vida cotidiana cambian para siempre.
Todo se rompe en mil pedazos y después se recompone para no volver a ser lo mismo.
Son momentos que marcan nuestro camino y ponen de relieve nuestros valores y prioridades.
En definitiva, lo que realmente queremos.
Y es en ese preciso momento cuando empezamos a pensar, a considerar y a evaluar todo aquello a lo que antes nunca se nos habría ocurrido prestar atención.
Pasará mucho tiempo antes de que encontremos una solución definitiva, pero solo nosotros podemos encontrar sentido a todo lo que nos sucede.
Sin olvidar nunca que no somos los únicos que hemos vivido estos momentos.
Emociones que van de la alegría a la tristeza, de la euforia a la melancolía.
Muchas otras personas experimentarán los mismos sentimientos de alegría o tristeza, quizá incluso más de lo que podríamos creer.
