octubre 16, 2024 Internet y vida virtual
Marionetas que, a la larga, se vuelven imposibles de manejar de manera coherente.
Marionetas. Al final, acaban expresándose con lenguaje obsceno y vulgar
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Hay marionetas que utilizan diferentes apodos y dividen su personalidad en mil partes (Leonardo, Riccardo, Robin, Giusy, Patrizia, todos nombres ficticios).
Esta tarea es fácil, porque cualquiera puede interpretar un papel diferente y mostrar una manera de posar ante los demás.
Lo hacen porque les gusta engañar.
Juegos de manos, imágenes de conveniencia utilizadas con el único fin de «orientar» las discusiones hacia determinadas «direcciones», utilizando «jugadas» preparadas de antemano, guiones ya escritos, previsibles y, sobre todo, dados por hecho, porque moverse en un espacio no previsto representa una incógnita con la que es incapaz de lidiar.
Por esta razón, los «combates» en el «ring virtual» deben estar «amañados» de antemano : no puede ni le gusta «perder».
Luego está el caso en el que varias personas se organizan por turnos utilizando el mismo alias (por ejemplo, Marco, un nombre elegante también en este caso), animándolo y coloreándolo con una personalidad diferente según quién sea su controlador en ese momento.
Marionetas que, con el tiempo, resultan imposibles de manejar con coherencia.
A la larga, afloran los diferentes estilos y personalidades de los «animadores», revelando evidentes discrepancias.
Al final, acaban expresándose de forma inevitablemente obscena y vulgar, mostrando a través de la agresividad del lenguaje lo limitado del método utilizado.