Marco se ha ido (y nunca volverá)

diciembre 4, 2024 El lado oscuro del ajedrez

A diferencia de la vida, en el ajedrez, después de la partida, uno puede volver atrás y analizar su «historia».

«Veronica Baker»


Marco se ha ido (y nunca volverá)

Marco se ha ido (y nunca volverá)
Ahí es donde se analizaba…

No sabía nada de él desde hacía tres lustros.

En el pasado, habíamos pasado largas tardes juntos analizando los partidos de nuestros adversarios para preparar los partidos del equipo (los dos jugábamos en el mismo club y en el mismo equipo), o interminables tardes de sábado jugando blitz.

Ahí es donde se analizaba.

Cuando en la última década del siglo pasado (y en pequeña medida en la primera del siguiente) aún intentaba ordenar las figuras en el tablero, la única forma de aprender era asistir a clubes de ajedrez o estudiar en libros especializados, que, sin embargo, estaban mayoritariamente en ruso (la alternativa era el serbocroata, más raramente el inglés y el español).

Los libros en italiano eran muy escasos y, por lo general, muy anticuados, y la revolución informática aún estaba lejos.

Se aprendía jugando y, sobre todo, estudiando.
Y, cuando se jugaba en torneos, independientemente del prestigio del adversario, se analizaba siempre la partida que se acababa de jugar, ganara o perdiera.

Un momento fundamental que, muy a menudo, desembocaba en verdaderos lazos de amistad, como había sucedido con Marco, con quien había entablado amistad tras analizar una partida de torneo en la que nos habíamos enfrentado.

A diferencia de la vida, en el ajedrez, después de la partida se puede volver atrás y analizarla.
Y esta «historia» puede ser reescrita y reescrita por los mismos jugadores que acaban de terminarla.

Se trata de una «historia» que se reconstruye mediante un análisis conjunto en el que ambos jugadores contribuyen y cuyo objetivo ya no es la victoria, sino la búsqueda de la verdad absoluta.

Marco era ajedrecista, matemático, rompecabezas y un informático muy valioso.
Pero, sobre todo, le consideraba un amigo de verdad, aunque no supiera mucho más de él que de su mundo del ajedrez.

Pasan los años y, como suele ocurrir, se pierde completamente la pista el uno del otro : intereses que cambian, compromisos laborales que te alejan de casa…
En fin, son cosas que ocurren en la vida.

Marco falleció el 5 de diciembre de 2022.

Conocí esta triste noticia hace solo unos días, junto con algunos detalles de su vida que, en mi opinión, no tienen cabida en este momento y que le llevaron poco a poco hacia la elección de una variante ciertamente muy dudosa.

Y, tal vez, si hubiéramos mirado retrospectivamente su vida, habría elegido jugar una partida mucho menos ortodoxa, mucho más coherente con su estilo de juego vivo, nervioso y poco convencional.

En la vida no hay vuelta atrás, desafortunadamente.
Marco se ha ido para siempre.