Los monos capuchinos y el concepto de dinero

octubre 6, 2024 Estudios científicos alternativos

Los monos capuchinos entienden el uso del dinero de forma no muy diferente a los humanos.

«Veronica Baker»


Los monos capuchinos y el concepto de dinero

La economía del comportamiento lleva mucho tiempo demostrando la presencia de sesgos sistemáticos en la toma de decisiones que abarcan diferentes contextos, culturas y especies.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Yale investigó este complejo tema introduciendo en primer lugar el concepto de dinero y luego el de comercio en una colonia de monos capuchinos.

Se demostró experimentalmente que incluso estos monos reaccionan racionalmente a los cambios de precios y muestran un comportamiento característico durante los juegos de azar, incluida la dependencia de resultados anteriores y, sobre todo, la aversión a las pérdidas.



Estudio de referencia

Chen M.K., Lakshminarayanan V., Santos L.R. (2005). How basic are behavioral biases ? Evidence from capuchin monkey trading behavior. https://www.journals.uchicago.edu/doi/abs/10.1086/503550

Hechos analizados

Podría pensarse que los conceptos de moneda o dinero son exclusivos del ser humano.

Los monos capuchinos y el concepto de dinero
Uno podría pensar que conceptos como la moneda o el dinero solo son conocidos por los seres humanos…

Si bien es cierto que algunos animales poseen sentido de la propiedad, el intercambio de recursos alimenticios y bienes no suele observarse en especies distintas a la humana.

Sin embargo, en 2005 un equipo de investigadores de la Universidad de Yale consiguió enseñar a siete monos capuchinos a utilizar el dinero.

Hay que recordar que los monos capuchinos tienen un cerebro muy pequeño, centrado sobre todo en la comida y el sexo.

Y fueron precisamente estos deseos «egoístas» los que estudiaron los investigadores tras enseñarles a comprar uvas, manzanas y gelatina.

Los investigadores colocaron primero a dos monos en jaulas diferentes, cada una con una palanca.
Al tirar de la palanca, el mono vecino recibía comida.

Lo más interesante vino después, cuando los investigadores introdujeron nuevos comportamientos.
Entrenaron a un mono para que tirara siempre de la palanca (altruista sin sentido) y a otro para que no lo hiciera nunca (mono egoísta).
A continuación, colocaron a los dos monos en un entorno en el que también había otros monos.

Al principio, el egoísta descerebrado siempre tiraba de la palanca y nunca perdía la oportunidad de entregar comida, mientras que los otros monos respondían de la misma manera aproximadamente el 50% de las veces.

Pronto, sin embargo, los demás monos se dieron cuenta de que el altruista descerebrado siempre tiraba de la palanca, independientemente de si era correspondido o no.
Su respuesta se redujo al 30%.

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Desde el punto de vista estadístico, los monos no se distinguían de la mayoría de los jugadores…

En un momento dado, los investigadores dieron un medio de pago (un disco de plata con un agujero en el centro, como si fuera un dólar) a un mono para comprobar su comportamiento posterior.

Fueron necesarios varios meses de entrenamiento para que los monos aprendieran que podían cambiar esa ficha por fruta.

Una vez que aprendieron este concepto, se dieron 12 fichas a cada mono para que cada uno decidiera cómo gastarlas en comida.

Los investigadores observaron que los monos eran capaces de comparar precios.

Por ejemplo, ponían el precio de la gelatina más bajo que el de las uvas para ver si compraban menos uvas y más gelatina.

Los monos se comportaban exactamente así.

Después les enseñaron a jugar, para comprobar si tomaban las mismas decisiones irracionales que suele tomar un jugador humano.

Los resultados mostraron que los monos se comportaban de forma estadísticamente igual que la mayoría de los jugadores humanos.

Pero, ¿comprendían realmente los monos capuchinos el valor del dinero o se comportaban sin pensar solo para recibir comida?

Uno de los investigadores cortó rodajas circulares de pepino, similares a los discos que se dan a los monos capuchinos como dinero, y les dio de comer en lugar de la forma cúbica habitual.

Uno de los monos cogió una rodaja, la masticó un poco y luego se dirigió directamente a uno de los investigadores para ver si podía comprar algo más sabroso con esa rodaja.

Los monos recibían las fichas de una en una, que se colocaban en una habitación separada de aquella en la que vivían.
Pero en una ocasión se desató el caos cuando un mono intentó escapar con una bandeja llena de «fichas».

En ese momento también ocurrió algo importante.
Entender el concepto de dinero también significa comprender que es posible intercambiar dinero por bienes y servicios.

Durante el caótico episodio que acabamos de mencionar, uno de los monos intercambió una «ficha» con otro a cambio de sexo.
Una vez terminado el acto, el mono que había recibido el pago lo utilizó de inmediato para comprar una uva.

Reflexiones finales

Dada la inexperiencia de los monos capuchinos con los conceptos de dinero y comercio, los resultados sugieren que todos los comportamientos típicamente humanos relacionados con el dinero (aversión a las pérdidas, tendencia a apostar, intento de robo por parte de un mono «deshonesto», intercambio de dinero por bienes y servicios, incluida la prostitución) son muy probablemente «innatos» y no «aprendidos».

En resumen, los monos capuchinos no entienden el uso del dinero de forma muy distinta a los humanos.