Las letras de Fabrizio De André son como poesía.
No solo porque aparezcan en los libros de texto, sino también porque usa un montón de figuras retóricas y te hace sentir un montón de cosas.
Además, no te dice de inmediato el misterio que a veces se esconde detrás de sus palabras, sino que te invita a descubrirlo por ti mismo.
Además, en sus poemas habla mucho de temas sociales.
Habla de los últimos, de los que no tienen nada, de los que se quitan la vida, de los drogadictos, de los marginados…
Más de 20 años después de su muerte, el 11 de enero de 1999 (otra numerología interesante…), ¿qué ha quedado de su sentimiento poético en la sociedad actual?
Poco o nada.
Libertad. Las brasas de una sola estrella…
El ambiente cultural se ha ido a la mierda, ¿no crees?
Todo el mundo está encerrado en sí mismo y tiene miedo.
La sociedad ha marginado aún más a los que lo están pasando mal.
Hay cada vez más gente desesperada y su desesperación no para de crecer.
Y es De André quien, con su estilo tan especial, le da a la muerte un toque de esplendor, de humanidad, de verdad.
Y eso que ya ha pasado tanto tiempo desde que murió…
Su carrera artística y su vida privada han sido una montaña rusa.
En el mal camino, el de Bocca di Rosa, Sally o Prinçesa, el de los personajes de La Città Vecchia, el del oficinista alienado de Dolcenera como el del Cristo de La Buona Novella, no hay más que amor.
Son personajes humanos, aunque no sean blancos como la azucena y puros, buenos, limpios.
Hijos de este mundo.
A veces incluso son víctimas.
Hoy en día, vemos un ataque directo hacia las clases más humildes y desfavorecidas.
Por desgracia, esto no es ninguna película ni ficción.
Todo esto es muy triste y horrible.
No se pueden ni tolerar, ni de broma.
Como dijo el gran De André :
Dai diamanti non nasce niente, dal letame nascono i fior.
Oye, no quiero tratar con todos estos criminales que están destruyendo nuestro mundo con solo la fuerza.
No soy ningún bien que puedan querer los gobiernos del mundo.
Nunca dejaré que estos psicópatas me jodan la vida.
Nunca he pedido nada a nadie.
Nunca he vendido mi alma ni he pedido nada a nadie.
Puedo renunciar a todo.
Pero no voy a dejar que me quiten mi libertad.
Ser yo misma es mi verdadera libertad.
Siempre soy yo misma y cultivo y muestro al mundo quién soy realmente en todo momento.
