Las aventuras de Cipollino (1951). El pueblo recupera su libertad perdida entre bromas y chistes

diciembre 27, 2024 Libros

Para recuperar los «orígenes» y desarrollar un verdadero sentimiento de solidaridad, real y no virtual, sería deseable que muchos adultos volvieran a ser niños, al menos por un momento.

«Veronica Baker»


Las aventuras de Cipollino (1951). El pueblo recupera su libertad perdida entre bromas y chistes

La novela, que inspiró el guion de la obra que presento, está ambientada en una ciudad habitada por frutas y verduras.
Las reglas insensatas oprimen cada vez más a la población.
Con el tiempo, la gente se rebelará contra las injusticias que sufren los políticos y la aristocracia local.

Reclamarán su libertad perdida mediante bromas y burlas.
Sin recurrir nunca a la violencia.

Simplemente, se ayudarán unos a otros.
Solidaridad verdadera entre todos.

Se io avessi una botteguccia
fatta di una sola stanza
vorrei mettermi a vendere
sai cosa ?

La speranza.
«Speranza a buon mercato !»

Per un soldo ne darei
ad un solo cliente
quanto basta per sei.

E alla povera gente
che non ha da campare
darei tutta la mia speranza
senza fargliela pagare.

«Gianni Rodari«

Un libro que resultará ser un verdadero karma para todos estos globalistas que piensan que basta con utilizar la fuerza para oprimir a la población.

También me pregunto si los alumnos que participaron en esta obra en su momento (cursos escolares 1984-85 y 1990-91) han conservado, ya adultos, sus experiencias infantiles.

O si las han olvidado por completo.

Para poder recuperar sus «orígenes» y desarrollar un verdadero sentimiento de solidaridad, real y no virtual, sería deseable que muchos adultos volvieran a ser niños, al menos por un momento.

Sobre todo los de mediana edad.
Quizá aún recuerden cómo era la vida «antaño».

Si así fuera, aún tendrían alguna posibilidad de no ser homologados por esta mentalidad demencial que está destruyendo nuestra historia y cultura.

«Hoy en día, algunos padres —quizá demasiados— delegan en la escuela funciones que en el pasado desempeñaba la familia.
Muchos alumnos parecen superficiales y estresados, o se dejan influir por los medios de comunicación.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Hay que sacudirse las cargas objetivas o presuntas y ponerse manos a la obra.
No sirve de nada armarse de paciencia.

En mi opinión, no es necesario combatir ciertos aspectos de la sociedad actual, sino proporcionar las herramientas necesarias para establecer una relación correcta desde el principio.

Si trabajamos la sensibilidad, la creatividad y el hábito de la discusión y la crítica, siempre obtendremos buenos resultados.
Así, desde el primer curso, he leído un libro como alternativa al texto tradicional y también he representado pequeñas obras de teatro.

Este trabajo no solo mejora la capacidad de expresarse en la lectura, sino que también permite realizar muchas otras actividades.
Se estimula a los niños a expresar sus opiniones mediante debates.
En poco tiempo, los niños son capaces de hacer carteles, crear disfraces y guionizar capítulos.

Al mismo tiempo, también se pueden incluir actividades más tradicionales, pero igualmente valiosas, como resúmenes, recapitulaciones e historietas.

Por último, pero no por ello menos importante, este tipo de obras fomenta una mejor colaboración entre la escuela y la familia.
Hacer que sus hijos participen en una obra de teatro sigue siendo una forma mucho más eficaz de implicar a los padres en la vida escolar que las tradicionales asambleas de clase.

Así, por ejemplo, para la producción de la obra Cipollino, del libro homónimo de Rodari que leímos este año, una madre se ofreció a acompañar a los niños con la guitarra, mientras que otras se unieron a mí en la confección de los trajes.

¿Y los niños?
Los niños aprenden realmente jugando: estimulan su memoria al aprender sus papeles, comprenden los matices de los personajes al identificarse con ellos, consolidan la colaboración entre ellos y sienten más vivo el «espíritu de grupo».

El texto se basó principalmente en los diálogos originales del libro.

A pesar de las protestas de los niños («¿Por qué cortar esta escena que, en mi opinión, es importante?»), se mantuvo una duración máxima de 30 minutos sin alterar el contenido».



Argumento

Cipollino procede de una familia pobre de cebolleros.

Durante un desfile, su padre es empujado al pie del Príncipe Limón y es condenado a cadena perpetua por ello.
Cipollino va a visitarlo y su padre le pide que se haga erudito: tiene que viajar y aprender a reconocer a los «bribones».

Un día conoce a Sor Zucchina que, después de ahorrar toda su vida, quiere construirse una casita en el prado de la Condesa del Ciliegio.
Un día pasa por allí el caballero Pomodoro y, declarando que la casa es ilegal, quiere confiscarla.

Cipollino, sin embargo, intenta defender a Sor Zucchina y, en el tumulto, el Caballero Pomodoro le tira de los pelos, pero a causa del olor de la cebolla acaba llorando.
Todo el pueblo aclama a Cipollino, que es ayudado y se convierte en aprendiz del maestro Uvetta, el zapatero del pueblo.

Pero el caballero, en venganza, ordena a los Limoncini que capturen a todos los varones del pueblo y los lleven a prisión.
Así, los amigos de Cipollino son arrestados.

Para salvarlos, Cipollino pide ayuda al Topo Explorador y a la Araña Coja.

En un momento dado, él también acaba en prisión, pero luego consigue liberarse y tomar posesión del castillo del Caballero Pomodoro exhibiendo la bandera de la República.


Las aventuras de Cipollino
Las aventuras de Cipollino

(en italiano)

Schiaccia un piede Cipollone al gran principe Limone

Narr. 1 : C’era una volta una famiglia di cipolle che abitava in un villaggio vicino a un bosco.
Narr. 2 : I ricchi che passavano di là torcevano il naso, perché sentivano puzzo di cipolle…
Narr. 1 : Cioè puzzo di povertà.

Limonetta : On, signora Limonuccia, sente che cattivo odore ?
Limonuccia : Puah, è puzza di cipolla ! Andramocene via !
Limonetta : E’ una vergogna ! I poveri dovrebbero buttarli tutti nell’immondizia !
Limonuccia : E’ vero ! E proprio una vergogna ! Limoncini ! LIMONCINI ! Venite qua a buttare qualche damigiana di profumo in questo quartiere. Altrimenti, quando passa di qua il Gran Ciambellano…
Limonetta : …Sviene dal gran mal di testa !
Limonuccia : LIMONCINI ! LIMONCINI !
Limoncino 1 : Eh, un momento ! Quanta fretta !
Limoncino 2 : E’ pesante, questo bidone !
Limoncino 1 : BRUM…BRUM…BRUM…SCCCCCeceI !
Limoncino 2 : BRUM…BRUM….SCCCCCCC !
Limoncino 1: Basterà ?
Limoncino 2 : Versiamone qualche altro quintale.
Limoncino 1 : BRUM….BRUM….BRUM… SCCCCECCCE !
Limoncino 2 : BRUM….BRUM…..BRUM…SCCCCCCCCC !
Limoncino 2 : Basterà ?
Limoncino 1 : Boh !

Limonetta : Guarda, arriva il gran Ciambellano !

Cipollone : Ma cosa fanno qui tutte queste persone ?
Limonuccia : Levati da qui, cipollaccia puzzolente….
Cipollone : Attenti, mi fate cadere…
Ciambellano : Ehi, tu, perché gridi «attenti» ai sudditi del regno di Limonandia ? Ti dispiace forse che si facciano avanti per applaudirmi…
Cipollone : Gran Ciambellano, ma mi spingono….
Ciambellano : E fanno bene, fanno benissimo ! Spingete, cari sudditi, spingete più forte !
Cipollone : Ma vi cascheranno addosso…Aiutooooo ! Ve l’avevo detto !

Ciambellano : Per cento limoni gialli gialli come il giallo limone ! Che male al pollicione ! Ahi, ahi ! Limoncini, mettetelo in prigione!
Limonetta: Voleva uccidere il gran Ciambellano !
Limonuccia : Che vergogna !
Limonetta : Voleva pugnalare sua maestà !
Limonuccia : Macchè, aveva una mitragliatrice nel taschino !

Come fu che il sor Zucchina fabbricò la sua casina

Le Avventure di Cipollino
La casina del Sor Zucchina…

Narr. 1 : Come spesso succede nel mondò delle cipolle (ed anche nel nostro) papà Cipollone fu accusato ingiustamente e sbattuto in prigione.
Narr. 2 : Suo figlio Cipollino andò a trovarlo.

Cipollone : Figlio mio, tu devi studiare.
Cipollino : Senza libri, come faccio ? E senza soldi come faccio a comprarli ?

Cipollone : A te non servono i libri. Va’ in giro per il mondo, osserva i cattivi e studiali.
Cipollino : E poi cosa farò ?
Cipollone : Ti verrà a mente al momento opportuno. Vai, ragazzo mio !
Cipollino : Io voglio ubbidire ai consigli del babbo ; ma come farò ad imparare ? Ti verrà a mente al momento opportuno, ha detto il babbo. Bah per intanto, mettiamoci in viaggio ; poi si vedrà…

(In scena la casina)

Cipollino : Ma che buffa casetta ! Ehi, bell’uomo, cosa vi è saltato in mente di rinchiudervi là dentro ? Io, poi, vorrei sapere come farete ad uscire.

Zucchina : Sì, la mia casa è un po’ piccola, ma finché non tira vento va abbastanza bene. Io poi le sono tanto affezionato, sai. Conosco uno per uno i suoi mattoni, perché mi ricordano la mia vita. Il mattone n.1 l’ho comprato dieci anni fa coi soldi del cappone di Natale…il n. 2 coi soldi dell’agnello di Pasqua…A mangiare potevo aspettare, a fare la mia casa no.

Pomodoro : Allora, sor Zucchina, cos’hai da dire ? Ladrone, brigante, tu hai costruito un «palazzo» sul terreno che appartiene alle contesse del Ciliegio ? E pensi di passarci il resto dei tuoi giorni, eh ? Ma te la farò vedere io !

Zucchina : Eccellenza, vi assicuro che il permesso di costruirmi qui la mia casetta mi è stato dato dal signor conte Ciliegione, pace al suo nocciolone.
Pomodoro : Il conte Ciliegione è morto da trent’anni ; le terre sono delle contesse e tu mi farai il favore di andartene su due piedi. Del resto, te lo dirà l’avvocato. Sor Piseilo !

Pisello : Eccomi, eccellenza, ai vostri ordini.
Pomodoro : Dite a quest’uomo che se ne deve andare, in nome della legge !
Pisello : Ecco, io, veramente…
Pomodoro : Che veramente e non veramente ! Siete avvocato, sì o no ?
Pisello : Sissignore, signor Cavaliere.
Pomodoro : Basta così, allora. Se siete avvocato ho ragione io. Potete andare. Hai sentito cos’ha detto l’avvocato ?

Cipollino : (nascosto) L’avvocato non ha detto proprio niente !
Pomodoro : E osi anche rispondere, prepotentaccio ?
Zucchina : Eccellenza, io non ho aperto bocca.
Pomodoro : Chi ha parlato, allora ? (a Cipollino, che esce) Da dove sbuchi, tu ? Perché non sei al lavoro ?
Cipollino : Io non lavoro, io studio.
Pomodoro : E che cosa studi ? Dove sono i libri ?
Cipollino : Studio i furfanti. E giusto adesso me n’è capitato uno sotto il naso ; non voglio perdere l’occasione di studiarlo.Vuole vederlo anche lei ? (gli mostra uno specchio)
Pomodoro : Ah, vuoi burlarti di me ? Ti strapperò tutti i capelli !

Le Avventure di Cipollino
Basta così, allora. Se siete avvocato ho ragione io…

Narr. 1 : E capitò quello che doveva capitare, trattandosi dei capelli di Cipollino.
Narr. 2 : Che è che non è, ad un tratto il feroce cavaliere si sentì un tremendo pizzicore agli occhi e cominciò a piangere a ruscelli.
Narr. 1 : Cipollino, curioso di vedere come si sarebbe conclusa l’avventura, si fermò a lavorare nella bottega di mastro Uvetta, che faceva il ciabattino e che perciò conosceva tutti gli abitanti del villaggio.
Narr. 2 : E la casa dei sor Zucchina ? Una brutta mattina…

Pomodoro : Vieni, Mastino: aiutami a far sloggiare questo prepotentaccio.
Mastino : (rincorre un poco Zucchina, che scappa impaurito e si nasconde ; poi Mastino torna, a bocca aperta, sollevato sulle zampe posteriori, vicino a Pomodoro, e lo guarda ammirato)
Pomodoro : Così i monelli come Cipollino impareranno a portarmi rispetto !
Mastino : Bene, bene !
Pomodoro : E tu, Mastino, fai buona guardia !
Mastino : Bene, bene ! Beh, mica tanto bene ! Ho una sete…Chissà cos’ho mangiato questa mattina ? Mi sembra di avere il fuoco in gola ed ho la lingua di cemento armato.

Cipollino : (si affaccia)
Mastino : Ehi !
Cipollino : Dite a me ?
Mastino : Sì, dico a voi, giovanotto. Mi andresti a prendere un’aranciata ?
Cipollino : Ci andrei volentieri, signor Mastino ; ma giusto adesso il mio padrone mi ha dato queste scarpe da risuolare.
Mastino : Maleducato ! Ma che sete ho ! Toh, eccolo di nuovo ! E beve, lui !

Narr., 2: Cipollino aveva riempito una bottiglia d’acqua, ma ci aveva versato una buona dose di sonnifero.
Narr. L : E faceva finta di bere.

Mastino : Signor Cipollino, è molto buona quell’acqua ?
Cipollino : Buona ? Dite pure che è meglio del rosolio !
Mastino : Me ne dareste una sorsatina ?
Cipollino : Ma certo, signor Mastino.
Mastino : Glu glu glu…..(cade addormentato) Zzzzzzzzzzzzzzzzz
Cipollino : Povero cagnaccio ! Te l’ho dovuta fare ! Scusami tanto e salutami il cavalier Pomodoro !

Narr. 2: Poi Cipollino, con l’aiuto dei suoi amici, nascose la casina nel bosco.

Signori ladri prima di entrare, il campanello vogliate suonare

Fagiolino : Signor Mirtillo ! Signor Mirtillo !
Mirtillo : Buongiorno, Fagiolino. Cosa posso fare per te ?
Fagiolino : Per favore, tieni questa casina per qualche giorno. Appartiene al sor Zucchina, ma Pomodoro gliela vuole togliere.
Mirtillo : Non è possibile ! Che me ne faccio di un palazzo come quello ? Io sto bene nel mio riccio. Ma se è per fare un favore al sor Zucchina…Va bene, accetto.

Fagiolino : Grazie, Mirtillo. Arrivederci.
Mirtillo : Adesso che ho un grande casa, verranno certamente i ladri. Chissà, forse mi ammazzeranno nel sonno. Come posso fare ?
Idea ! Scriverò un bel cartello :

I SIGNORI LADRI SONO PREGATI DI SUONARE QUESTO CAMPANELLO, SARANNO FATTI ACCOMODARE FE VEDRANNO COI LORO OCCHI CHE QUI NON C’E? NIENTE DA RUBARE.
(mette il grosso cartello davanti alla casina)

Ah, ora sono tranquillo. E posso anche dormire. ZZZZ..Ronf….ZZZZZ….Ronf…

Ladro 1 : Dlin dlon !
Mirtillo : Chi va 1a?
Ladro 1 : Sono il ladro Barbanera.
Mirtillo : Vengo subito ; aspetta che m’infilo la vestaglia.
Ladro 1 : Allora…Cosa c’è da rubare in questa casa ?
Mirtillo : Niente ; guarda tu stesso. Però, se vuoi farti la barba, ho una lametta, qui. Un po’ vecchia, si capisce ; è un’eredità del nonno. Ma taglia ancora.
Ladro 1 : Grazie, grazie.
Ladro 2 : Dlin dlon.
Mirtillo : Chi va là ?

Ladro 2 : Sono il ladro Sbottonato ; cosa c’è da rubare in questa casa ?
Mirtillo : Niente, niente; se vuoi guardare tu stesso.
Ladro 2 : Già, già.
Mirtillo : Mi dispiace, credi ; se posso favorirti in qualche cosa…Guarda : ti regalo quest’ago col filo ; così potrai ricucirti tutti i bottoni che hai perso.
Ladro 2 : Già già.

Il barone Melarancia con Fagiolone portapancia

Narr. 1: Lasciamo Mirtillo alle prese coi ladri e diamo invece un’occhiata al castello delle contesse del Ciliegio. Le quali, come avrete già capito, erano le padrone di tutto il villaggio, delle case, della terra, della chiesa e del campanile.
Narr. 2 : Quel giorno le contesse avevano ospiti ; erano arrivati i loro cugini : il barone Melarancia e il duchino Mandarino.

Donna 2 : Il barone Melarancia è TROPPO ingordo ; si mangerà anche il nostro castello fino ai comignoli.
Donna 1 : Tu non vuoi ricevere i miei parenti ! Povero baroncino, tu non gli vuoi bene !

Melarancia :
Son Melarancia, sono un grassone,
e stamattina quasi non ho fatto colazione.
Ho solo mangiato una mucca, un vitello,
poi il macellaio con tutto il macello ;
ho mangiato la chiesa col cappellano ;
il campanile col sagrestano…
Se mucca e vitello,
beccaio e macello,
e chiesa e curato
appena ho mangiato,
vi dico perciò:
«Che fame che ho !»

Donna 2 : Misericordia ! Fagiolone, portalo a fare una passeggiata prima che si mangi anche i nostri mobili !
Fagiolone : E’ una parola ! (lo fa salire su una carriola e lo porta in giro) Barone, le basta questa passeggiata ?
Melarancia : Se mi fermo, mi viene più fame !
Fagiolone : (sconsolato) Ho capito ! Andiamo, andiamo ! (fanno un altro giro) Barone, le basta questa passeggiata ?
Melarancia : Saranno buone da mangiare le panchine del parco ?
Fagiolone : Basta ! Mi sono stufato ! Vada a passeggio da solo !
Melarancia : (rotola) Ahi, ahi, povero me ! I sassi mi bucano la pancia !
Donna 1 : Tuo cugino, il duchino Mandarino, è insopportabile !
Donna 2 : Perché, cosa è successo ?
Donna 1 : Guarda tu stessa.

Mandarino : (sul tavolo) Aiuto ! Aiuto ! Tenetemi, se no mi butto !
Donna 2: Madarino, cosa ti fanno ?
Mandarino : Non mi stirano bene le camicie, e io voglio morire !
Donna 2 : Vieni giù ; ti regalo tutte le camicie di seta del mio povero marito !
Mandarino : Aiuto! Aiuto !
Donna 1: Mandarino; cosa ti fanno ?
Mandarino : Ho perso il bottone del colletto e non voglio più stare al mondo.
Donna 2 : Vieni giù; ti regalo tutti i bottoni d’oro del mio povero marito !
Donna 1 : Che pizza !

Un elefante che sragiona ed una foca chiacchierona

Narr. 1 : Mentre le contesse del Ciliegio erano alle prese coi loro bravi parenti, papà Cipollone era riuscito a scavare una galleria nella prigione del castello ed era riuscito a fuggire.
Narr. 2 : Era sbucato, pensate un po’, vicino al giardino zoologico. Incontrò un piccolo orso che piangeva disperatamente.

Orso : Uaa uaaaaa uaaaaaaa
Cipollone : Perché piangi, orsetto ?
Orso : I miei genitori sono prigionieri allo zoo ed io mi sento tanto solo. Uaa uaaaaaa uaaaaaaaaaaa
Cipollone : Non piangere. Ti aiuterò a trovarli. Vieni con me.
Orso : S’è mai visto un orso amico di una cipolla ? Uaaaaa uaaaaaaa
Cipollone : Uffa ! Ma la vuoi smettere con questo piagnisteo ?
Orso : Uaaaaa uaaaaaaaa
Cipollone : Zitto !
Orso : Uaaaaa
Cipollone: ZITTO !
Orso : U…
Cipollone : Zitto ! Ecco l’elefante. Buona sera, signor elefante, potrebbe darci la chiave della gabbia degli orsi ?
Elefante : La chiave è nella tasca del guardiano. Vedrò di prenderla senza svegliarlo. Ha il sonno duro, non sentirà. (la sfila) Ecco la chiave. Ricordati di riportarmela dopo. Buona fortuna.

Pappagallo : Ehi, ehi !
Cipollone : Ssst ! Chi chiama ?
Pappagallo : Ssst ! Ssst ! Chi chiama ?
Cipollone : Smettila di fare fracasso, sveglierai il guardiano !
Pappagallo : Smettila di fare il guardiano, sveglierai il fracasso ! O che stupido, mi sono confuso !
Orso : E’ il pappagallo: ripete tutto quello che sente, ma non capisce niente ; perciò parla a rovescio.
Cipollone : Si va bene di qui per la gabbia degli orsi ?
Pappagallo : Si va bene con gli orsi per andare in gabbia ? Creak creak ! Si va bene in gabbia per mettere gli orsi nella sabbia ? Creak creak creak !
Orso : Guarda: laggiù ci sono i miei genitori !
Scimmia : Ci sono i ladri ! Ci sono i ladri ! Ci sono i ladri! Guardiano, sveglia !

Guardiano : Zzzzz zzzzz sgrunt sgrunt….Che cosa succede ?
Elefante : Che cosa vuoi che succeda ? Dormi, guardiano, dormi !
Guardiano : E lasciami; voglio dare un’occhiata in giro. {Si alza e sbatte contro Cipollone e l’orso) Aiuto ! Aiuto !
Orso : Scappiamo !
Guardiano : Vi ho beccati, eh ? Sapete che non si può entrare nello zoo di notte ? Dovete pagare la multa !
Cipollone : Io non ho soldi con me, ma se lei vuole essere così gentile da aspettarmi qui, posso andare a prenderli a casa.
Guardiano : Io invece non sono gentile e, in attesa che i limoncini ti portino in prigione, ti metterò nella gabbia con la scimmia.
Scimmia : Ciao, sei un ladro ?
Cipollone : No.

Scimmia : Allora ti voglio fare una confidenza : ho chiamato il guardiano ed ho detto che eri un ladro perché a me piacciono le bugie. Quando le dico, sento in bocca un dolce, ma un dolce, come se…
Cipollone : Senta, non potrebbe rimandare le sue confidenze a domani mattina ? Vorrei proprio dormire ora.
Scimmia: Posso almeno cantarle la ninna-nanna ? (lo sbatte di qua e di là) Ninna nanna ninna oh…
questo Cipollone a chi lo do ?
Cipollone : Non voglio ninna-nanna, grazie !
Scimmia : Posso allora rincalzarle le coperte ?

Cipollone : Ma non vede da sola che non ci sono coperte ?
Scimmia : Dicevo per dire. Io chiedo solo di essere gentile. Ma se lei vuole che io sia sgarbata, la servo subito. (si volta; fa l’offesa; sbircia Cipollone) Queste cipolle ! Tutte uguali ! Vuoi essere gentile con loro e ti fanno solo piangere !

FINE DELLA PRIMA PARTE

Ciliegino, per una volta, a Don Prezzemolo si rivolta

Narr. L : La mattina dopo Cipollone fu riportato nella parte più scura e più umida delle prigioni, che si trovavano proprio sotto il giardino del castello.
Nerr. 2 : In questo giardino stava passeggiando Ciliegino, il nipotino delle contesse, insieme al suo maestro, il terribile don Prezzemolo.

Prezzemolo : Ciliegino, Ciliegino, cosa stai facendo ?
Ciliegino : Guardo una mosca che si è posata sull’erba.
Prezzemolo : Guai a quei ragazzi che guardano le mosche ! Si comincia sempre così. Poi si guarda il ragno, poi il gatto, poi ci si dimentica di studiare la lezione. Chi non studia la lezione non diventa un brav’uomo. Chi non è un brav’uomo va in prigione. Ciliegino, vuoi andare in prigione ?
Ciliegino : No, no !
Prezzemolo : Allora smettila di guardare le mosche ! Ciliegino, cosa stai facendo ?

Ciliegino : Sto disegnando una bella figura.
Prezzemolo : Guai a quei ragazzi che disegnano le belle figure ! Che cosa possono fare da grandi ? Tutt’al più degli imbianchini, cioè persone sporche e malvestite che girano tutto il giorno e notte a insudiciare i muri e perciò finiscono in prigione. Ciliegino, vuoi finire in prigione ?
Ciliegino : No, no.
Prezzemolo : Allora smettila di disegnare le belle figure !
Ciliegino : UFFA !

Cipollino : Signor visconte ! Signor visconte !
Ciliegino : Buongiorno, signore, farei volentieri la sua conoscenza.
Cipollino : Allora, perché non vieni più vicino ?
Ciliegino : Non posso. Il mio maestro, don Prezzemolo, non vuole che io parli con i ragazzi del villaggio.
Cipollino : Ma ormai abbiamo già parlato.
Ciliegino : E’ vero ! Vengo subito.
Cipollino : Ciao, io mi chiamo Cipollino.
Ciliegino : Molto piacere. Ho sentito parlare di lei dal cavalier Pomodoro.
Cipollino : Ecco uno che mi mangerebbe senza neanche condirmi.
Ciliegino: Proprio così. Appunto per questo mi sono figurato che lei doveva essere una simpaticissima persona. E vedo che non mi sono sbagliato.
Cipollino : Allora diamoci del tu e diventiamo amici.
Ciliegino : D’accordo !

(Entra Pomodoro)

Pomodoro : Ho fatto prigionieri tutti gli abitanti del villaggio, perché hanno nascosto la casa del sor Zucchina. Ma Cipollino, quel monellaccio, mi è sfuggito.
Ciliegino : Scappa, Cipollino, prima che Pomodoro possa farti del male !

Non c’è boia che non si stracchi se a Pirro Porro tira i mustacchi

Narr. 1 : Gli amici di Cipollino erano stati imprigionati e gettati nei sotterranei del castello.

Zucchina : E’ tutta colpa mia.
M. Uvetta : E perché mai sarebbe colpa vostra ?
Zucchina : Se non mi fossi ostinato a voler quella casa, non ci troveremmo nei guai.
M. Uvetta : Ma state un po’ zitto ! Non siete mica voi che ci avete messo in prigione.
Pirro Porro : Vediamo piuttosto se riusciamo a salvarci.
Zucchina : Quasi quasi chiamo le guardie e dico loro che regalo la casina a Pomodoro.
Pirro Porro : Tu non gli dirai un bel niente. Si metterebbe nei pasticci anche il sor Mirtillo.
Sora Zucca : Ssst ! Niente nomi ! Qui anche i muri hanno orecchie !

La Avventure di Cipollino
Guardie, mettetelo in prigione assieme al cavalier Pomodoro. Fate il vostro dovere !

Fragoletta : Sor Zucchina ! Sor Zucchina !
Zucchina : Mi avete chiamato, mastro Uvetta ?
Fragoletta : Pero Pera ! Pero Pera !
Pirro Porro : Mastro Uvetta, perché fate quella vocina ?
M. Uvetta : Ma cosa vi piglia ? Io non faccio nessuna vocina !
Fragoletta : Sono io, sono Fragoletta, la cameriera delle contesse. Cipollino è un mio amico. Ho un suo messaggio per voi.
Sora Zucca : Dicci qual è il messaggio !
Pirro Porro : Avanti, fai presto, Fragoletta !
Fragoletta : Cipollino dice che non dovete darvi pensiero, che troverà lui la maniera di farvi uscire.
M. Uvetta : Presto, però! Siamo assediati dai topi e non sappiamo quanto tempo potremo resistere. Fragoletta : Riferirò…e coraggio !

Narr. 1 : Quella sera in giardino ci fu consiglio di guerra.

Cipollino : Bisogna liberare i prigionieri !
Fragoletta : Certo, poveretti, sono assediati dai topi !
Mastino : Ah, ah, ti ho preso, finalmente ! Caro Cipollino, questa volta non me la fai ! Ti rinchiuderò nella fossa segreta e vedremo se riuscirai a liberarti.
Cipollino : Aiuto, aiuto, Fragoletta !
Mastino : E’ troppo tardi per chiedere aiuto, caro mio ! ua ua ua !

Narr. 2 : Cipollino si svegliò in piena notte.
Narr. 1 : Nella fossa segreta c’era un buio pesto, ma si sentiva un grattare sordo e continuo, non troppo distante.
Talpa : Dove diavolo sono capitata ?
Cipollino : Nella fossa segreta, che è la prigione più scura del castello.
Talpa : Segreta ? Scura ? Ma qui c’è una luce che abbaglia !
Cipollino : Ah, ho capito; lei è una talpa.
Talpa : Per l’appunto.
Cipollino : Sono Cipollino e sono prigioniero del cavalier Pomodoro.
Talpa : Poveretto ! Se lei non fosse così grande potrei aiutarla.
Cipollino : No, sono piccolissimo, io ! Posso passare comodamente per un buco di talpa. Se lei mi facesse da guida…

Narr, 2 : La talpa scavò una galleria, ma sbagliò direzione e Cipollino…si ritrovò nella cella dove erano rinchiusi i suoi amici.
Narr. 1 :E dopo qualche giorno fu arrestato anche l’avvocato, il sor Pisello.

Pisello : Altezza, sono innocente !
P. Limone : Male, amico mio, molto male ! Se siete innocente, non potrete collaborare con la giustizia, e che guadagno ci ricaverei ? (minaccioso) Sapete dov’è nascosta la casa del sor Zucchina ?
Pisello : (agli spettatori) Se io rivelo il nascondiglio, sarò libero, ma cosa ci guadagnerò ? Adesso li ho conosciuti, gli amici: finché c’era da sfruttare il mio titolo e la mia abilità di avvocato per imbrogliare il prossimo, mi invitavano e mi facevano un sacco di salamelecchi…No, non voglio aiutarli ! (Al principe Limone) Non lo so !
P. Limone : Riflettete: se non svelate questo segreto, sarò costretto ad impiccarvi !
Pisello : Impiccatemi pure ! Impiccatemi subito ! (Sviene)

P. Limone : Guardie, mettetelo in prigione assieme al cavalier Pomodoro. Fate il vostro dovere !

Guardia 1 : Certo, Maestà !
Guardia 2 : Lo porteremo via immediatamente !
Guardie : (insieme) Vieni, delinquente !

Pisello : Sono morto ? E’ questo l’inferno ? Ma che strano inferno : non c’è neanche il fuoco ! E questo chi è ? Ma siete voi, cavalier Pomodoro ? SIETE STATO ARRESTATO ANCHE VOI ?!
Pomodoro : Arrestato ? Dite pure che sono stato condannato a morte ! Questa è la stanza DEGLI IMPICCATI !
Pisello : Quand’è così, cavaliere, fatevi coraggio; moriremo insieme.
Pomodoro : Quasi quasi sono contento per Cipollino ; almeno lui, tutto quello che ha fatto, lo ha fatto per aiutare i poveri…
Pisello : Povero Pomodoro ! E’ davvero cambiato ! Sapete che io so dov’è nascosta la casa del sor Zucchina ?
Pomodoro : (gongola) Davvero ? E dove ?

Pisello : A voi ormai lo posso dire, tanto domani morirete con me e porteremo il nostro segreto nella tomba (gli parla all’orecchio)
Pomodoro : Caro amico, vi ringrazio: voi mi salvate la vita !
Pisello : Avete voglia di scherzare ?
Pomodoro : Niente affatto ! Limoncini, aprite, aprite ! Devo fare importanti rivelazioni al principe !

Avventure di un poliziotto e di un segugio sempliciotto

Narr. 1 : Lasciamo il sor Pisello a bocca aperta nella stanza degli impiccati e trasferiamoci nel salone del palazzo del principe Limone.

Le Avventure di Cipollino
E che ci fai, qua sotto ? Alle mosche non piace stare al buio !

Guardia 1 : Maestà, maestà, ci sono novità !
Guardia 2 : I prigionieri ieri sera…
Guardie insieme : …Sono fuggiti dalla galera!

P. Limone : Bisogna assumere un bravo investigatore ! Chiamate Carotino !
Carotino : (arriva, con un pacco di sale in mano)
P. Limone : Del sale che ve ne fate ?
Carotino : Lo metto sulla coda dei prigionieri fuggiti ; poi li prendo con la rete per le farfalle.
P. Limone : Ma quelli che cerco io non hanno la coda !
Carotino : Allora il caso è molto grave. E se provassi col pepe ? Prima però bisogna trovarli. E questo è più difficile. Ma forse ce la faccio con l’aiuto dei miei strumenti.
(Estrae da un sacchetto un numero della tombola) Sette ! Allora bisogna fare sette passi a destra.

Segugio : Ma, padrone…qui ci sono le ortiche !
Carotino : Ci dev’essere un errore…
Segugio : Ci devono essere molti errori !
Carotino : Proviamo un altro numero…30. Dobbiamo fare trenta passi a sinistra.
Segugio : Ma, padrone, qui c’è la vasca dei pesci rossi !
Carotino : Ci dev’essere un errore !
Segugio : Ci devono essere molti errori…
Ciliegino : (fischia)
Carotino : E lei che ci fa qui ? Perché ha fischiato ?

Ciliegino : Sono Ciliegino ed ho fischiato…(agli spettatori) per avvertire i miei amici !
(a Carotino) Ehm, per avvertire un passerotto…
{agli spettatori) che si mettessero in salvo !
{a Carotino)…che gli ho messo le briciole sul davanzale
Carotino : Che animo gentile ! Signor Ciliegino, se incontra qualcuno dei fuggitivi, faccia anche a me un fischio !
Ciliegino : Ma certo, signor Carotino !
(agli spettatori) Fossi matto ! Chissà se i miei amici avranno fatto in tempo a scappare nel bosco.

Carotino : 27 !
Segugio : Ma c’è un pantano, qui !
Carotino : Ci dev’essere un errore !
Segugio : Ci devono essere molti errori !
Carotino : 74 !
Segugio : Ci dev’essere…

Narr.1 : Quanta gente, nel bosco, quella sera !
Narr.2 : Le guardie cercavano Carotino…
Narr.1 : Il principe cercava le sue guardie….
Narr.2 : Mastro Uvetta cercava Cipollino, che si era allontanato…
Narr. 1 : Cipollino e Ciliegino cercavano Mastro Uvetta…
Narr. 2 : Pomodoro e don Prezzemolo andavano in cerca di Ciliegino….
Narr. 1 : E sotto terra, la talpa andava in cerca di tutti.

Carotino : 48 !
Segugio : Ci conviene far fagotto !
M. Uvetta : Cipollino ! Cipollino !
Fragoletta : Signor Ciliegino ! Signor Ciliegino !
Pomodoro : Ah, t’ho preso finalmente, birbante !

Narr. 2 : Povero Cipollino ! Dopo tutto il suo daffare era di nuovo nelle prigioni del castello !
Narr. 1 : Ma il peggio fu che anche gli altri furono riacciuffati e sbattuti in galera !

Cipollino : Povero me! Se almeno potessi incontrare il mio povero babbo…

Servizio postale ma non troppo con l’aiuto di Ragno Zoppo

Ragno zoppo : Cipollino ! Cipollino !
Cipollino : Chi mi chiama ?
Ragno zoppo : Sono io, il ragno zoppo !
Cipollino : E che ci fai, qua sotto ? Alle mosche non piace stare al buio !
Ragno zoppo : Ma io non cerco il cibo ! Io faccio il postino. Ti ho portato un messaggio da parte di tuo padre.
Cipollino : Del babbo ? Dov’è ? Dov’è ?
Ragno zoppo : Eh, un attimo di pazienza ! Eccolo !
Cipollone parla/ Cipollino fa finta di leggere : Cipollino caro, Cipollino : sono al corrente di tutte le tue avventure. Mi trovo in compagnia dei tuoi amici del villaggio (ed anche del sor Pisello). L’unica speranza di salvezza è la nostra amica talpa.
Ciao e a presto. Tuo padre Cipollone.

Le avventure di Cipollino
Ed io riavrò la mia casina….

Cipollino : Oh, babbo, babbino mio ! Chissà se potrò rivederti !
Ragno zoppo : Hai bisogno di qualcosa ?
Cipollino : Senti, tu conosci la talpa ?
Ragno zoppo : Certo che la conosco ; ma la vedo raramente, perché a lei piace stare al buio e all’umido ed io, appena posso, vado a cercare un raggio di sole ; sai, ho i reumatismi e l’umido mi fa male.
Cipollino : Se però ti capita d’incontrarla, dille che ho bisogno di lei. Mi raccomando…
Ragno zoppo : Va bene, farò anche questo sacrificio…Ciao, Cipollino !
(Mentre se ne va) Ahi, questo reumatismo ! Come mi fa male la gamba ! Dovrò decidermi ad andare in pensione !

Cipollino : il babbo mi aveva consigliato di studiare i furfanti. Al mondo ce ne sono tanti davvero ! Ma per fortuna ci sono anche dei galantuomini che aiutano gli sfortunati come me !
Talpa : Oh, Cipollino, ti trovo sempre in luoghi così «luccicosi»! I miei poveri occhi…Andrà a finire che diventerò cieca ! Aspetta che mi metto gli occhiali. Allora, perché mi hai chiamato ?
Cipollino : Oh, talpa, amica mia, già una volta mi hai fatto fuggire ! Ti prego, aiutami ancora una volta a trovare i miei amici e a liberarci una volta per tutte !
Talpa: E va bene !

Narr. 1 : La talpa cominciò a scavare e Cipollino dietro ! In breve arrivarono i loro amici e li liberarono…
(I prigionieri sfilano uno dopo l’altro, in modo sempre più veloce)
Narr. 2 : Come una palla di cannone uscirono fuori all’aperto e andarono a finire…
Narr. 1 : Andarono a finire sotto i piedi del principe Limone che si trovava a passeggiare vicino al castello delle contesse del Ciliegio…
Narr. 2 : E che per l’urto dei fuggitivi andò a finire in un gran mucchio di letame !

P. Limone : Accipicchia accipicchione ! Che cosa mi è successo ? Per fortuna sono vicino al castello ; mi farò ospitare…Toc toc !
Fragoletta : Qui non si ricevono mendicanti !
P., Limone : Ma quale mendicante ? Io sono il principe Limone !
Fragoletta : Pover’uomo ! La miseria vi ha dato alla testa !
P. Limone : Ma quale miseria ? Io sono ricchissimo !
Fragoletta : (si tappa il naso) A vedervi non si direbbe !
P. Limone : Mi sono travestito così, per osservare da vicino il mio popolo…
Fragoletta : Eh, ci credo…(fa per sbatterlo fuori)

Pomodoro : Ma cosa succede, qui ? Oh, altezza, si accomodi…
P. Limone : Vedete cosa mi tocca sopportare…E tutto per il bene del popolo…
Pomodoro : Vostra altezza desidera un cavallo per andare a casa ?
P. Limone : No, no, sto bene qui. E poi ho un gran sonno !

Pomodoro : La paura del principe è sospetta. Non sarà mica scoppiata la rivoluzione ?
M. Uvetta : Alla fine abbiamo vinto !
Pero Pera : Siamo riusciti a liberarci !
Guardia l : Pietà di noi !
Guardia 2 : Andremo lontano !
Guardia 1: Non ci vedrete mai più.

Zucchina: Ed io riavrò la mia casina.
P. Limone : Aiuto, aiuto, anche Mastino mi si è rivoltato contro !
Mastino : Bau bau bau ! Arf arf ! Se non scompari per sempre, ti staccherò le polpe delle gambe ad una ad una !
P. Limone: Me ne vado ! Me ne vado !
Pomodoro : Ah, ti ho preso, birbante ! E ti strapperò tutti i capelli !
Cipollino : Si accomodi, cavaliere !
Pomodoro : Uah !
Cipollino: Allora, signor Pomodoro, è disposto a rinunciare ad essere cattivo ?
Pomodoro : Uah, uah!
Cipollino: Vuole continuare a piangere per tutta la vita ?

Pomodoro : Uah, uah, uah ! Va bene, va bene; ma basta farmi bruciare così gli occhi, ti prego !

Cipollino : Finalmente sei stato punito !
Cipollone: Ti ritrovo, alfine, figlio mio !

Narr, l : Dopo qualche tempo la vita al villaggio e al castello erano davvero cambiate.

Ciliegino : Il mio castello è diventato proprio bello, ora. Adesso è una casa da gioco; per bambini, si capisce…C’è la sala del ping-pong, quella dei video-giochi, quella dei burattini…
Naturalmente c’è anche il gioco più bello ; cioè la scuola.
Cipollino : Io sono il compagno di banco di Ciliegino e studio con lui l’aritmetica, la storia, la lingua italiana e tutte le altre materie che bisogna conoscere per difendersi dai birbanti e per tenerli lontani.

Ciliegino : Così, la nostra storia è finita.
Cipollino : E’ vero che ci sono altri castelli ed altri birbanti nel mondo.
Ciliegino : Ma uno per volta se ne andranno.
Cipollino: E nei loro parchi ci andranno i bambini a giocare.

FINE