La ratonera. Todos estamos implicados en este viaje llamado vida

octubre 16, 2024 La medicina del alma

Todos estamos implicados en este viaje llamado vida.

«Veronica Baker»


La ratonera. Todos estamos implicados en este viaje llamado vida

Un ratón asomó la cabeza por la grieta de la pared para ver al granjero y a su mujer abriendo un paquete.

«¿Qué podría contener ese paquete?»

Entonces, el ratón descubrió que había una ratonera dentro y se sintió desolado.
De vuelta al corral, el ratón quiso avisar a todos los animales :

«¡Hay una ratonera en casa! ¡Hay una ratonera en casa!»

La gallina empezó a cacarear y a rascar el suelo y dijo :

«Señor Rata, comprendo que esto le preocupe mucho, pero a mí no me afecta.
Realmente no me importa».

El ratón se volvió hacia el cerdo y le dijo :

«¡Hay una ratonera en casa!»

El cerdo se compadeció, pero respondió :

«Lo siento mucho, Sr. Rata, pero no puedo hacer mucho más que rezar.
Puede estar seguro de que le tendré presente en mis oraciones».

El ratón se volvió hacia la vaca.
La vaca respondió :

«Maldita sea, señor Rata.
Lo siento por usted, pero me resulta difícil meterme en la trampa.
Ese es tu problema».

Así que el ratón volvió a la casa, cabizbajo y triste, para enfrentarse solo a la trampa.


La ratonera. Todos estamos implicados en este viaje llamado vida


Aquella misma noche, se oyó un ruido en la casa, como el de una trampa al caer sobre su presa.
La mujer del granjero fue a ver qué había cazado.

En la oscuridad, vio que se trataba de una serpiente venenosa cuya cola había quedado atrapada en la trampa.
La serpiente la mordió.
El granjero la llevó al hospital y cuando la trajo a casa tenía fiebre.

Todo el mundo sabe que cuando uno tiene fiebre es muy bueno tomar caldo de gallina.
Así que el granjero llevó su hacha al corral para preparar el ingrediente principal del caldo.

Pero su mujer seguía enferma, así que acudían a atenderla amigos y vecinos a todas horas del día y de la noche.
Para alimentarlos, el granjero sacrificó al cerdo.

La mujer del granjero no mejoró y murió un día.
Acudió tanta gente al entierro que el granjero tuvo que sacrificar la vaca para proporcionar suficiente carne a todos los asistentes.

Moraleja : cuando uno de nosotros se ve amenazado, todos estamos en peligro

La próxima vez que escuches a alguien que tiene un problema y pienses que no te concierne, recuerda que cuando incluso uno de nosotros se ve amenazado, todos estamos en peligro.

Todos somos hilos vitales en el tapiz de los demás.
Nuestras vidas están entrelazadas.