noviembre 5, 2024 Reflexiones de una hereje
Internet se ha convertido en algo igual que la televisión.
Irrelevancia de los contenidos. Lo único que importa ahora es vender
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Internet se ha convertido en algo igual que la televisión.
La publicidad invade la inmensa mayoría de los portales.
Los blogs, tanto personales como comerciales (que en el 99 % de los casos coinciden en una misma categoría), en general son aún peores.
En la ola de leyendas urbanas sobre personas que se han hecho ricas y famosas gracias a sus blogs, se han multiplicado los sitios con títulos como «Cómo ganar dinero con tu blog», «Métodos y estrategias para monetizar en Internet», «Cómo ganar dinero con un blog», «¿Cómo y cuánto gana un bloguero? Revelaciones y estrategias», «Gana dinero desde casa con tu propia web».
El resultado es una promoción del propio egocentrismo absolutamente invasiva y a menudo irritante, con títulos verdaderamente grotescos : «Consejos para el desayuno», «Canal depilación», «Una noche en la trattoria Ezio, especializada en pescado», «Mis 15 secretos para volver loco a un hombre en la cama», «Mis aventuras como portero de discoteca».
Mención aparte merecen los blogs de gurús fantasmas que proponen despertar las conciencias de sus lectores (después de convencerles de que paguen por uno de sus cursos, claro).
Paz, armonía y felicidad perpetua : «Destellos de luz», «Curso para potenciar los recursos de tu mente», «Mejora tu vida», «Explora mundos interiores y otras dimensiones».
Un número desorbitado de anuncios.
Hay un millón, mil millones de canales virtuales.
Medios de comunicación impresionantes e importantes.
Pero el elemento más importante, el contenido, está totalmente ausente.
Irrelevancia, porque ahora lo único que cuenta es vender.
Pero a los autores de todos estos sitios/blogs les falta una cosa fundamental.
Alma.
Y esto no se improvisa ni se compra.