La inutilidad de los foros. Engaña y es consciente de hacerlo…
Un foro es un espacio para intercambiar opiniones y compararse con otras personas, lo que también permite evaluar las habilidades dialécticas y comunicativas propias.
Sin embargo, también se convierte en una «gimnasia mental» en la que cada uno realiza las actividades que considera mejores para su éxito.
En algunos casos, se producen auténticas «competiciones» entre los participantes, cuyo objetivo es convencer a los demás de que sus opiniones están bien fundadas y las de los demás son insustanciales.
Si todo se desarrollara en un espíritu de respeto mutuo y cordialidad, este «gimnasio» sería realmente útil para desarrollar el «músculo» intelectual que también es indispensable en la vida real.
Desgraciadamente, no es así y es frecuente observar comportamientos bastante cuestionables: los que hacen trampas cambiando de personalidad o recurriendo a más de una para estar en la «mayoría», los que se quejan ante la Administración de que uno de sus interlocutores ha sido baneado y colocado así en la situación de no poder responder, los que borran o tergiversan el contenido de sus mensajes y los revisan periódicamente para que parezcan coherentes con lo que dirán después, los que incluso atacan la vida real de su interlocutor.
En definitiva, una serie de prácticas que se utilizan con el único fin de «restar» razón, en lugar de obtenerla a través de las propias capacidades, como quien utiliza pesas de poliestireno en el gimnasio, haciendo creer a todo el que le observa que es un campeón de halterofilia.
Hace trampas y es consciente de ello.
Pero lo importante para él no es pasar por impostor, sino dar la impresión de ser lo que no es y nunca será.
