Categoría: Hologramas prohibidos de la vida real

Cada vez son más las chicas que optan por «vivir la aventura» por diferentes motivos, fruto de elecciones individuales y autónomas que pueden surgir tanto del deseo de enriquecerse en poco tiempo como de querer sentirse deseadas por los hombres o de cierta curiosidad por las situaciones «límite».

Sin embargo, el número de las que se ven obligadas a prostituirse y que, por tanto, no lo hacen por libre elección, es realmente muy elevado.

Pero no entiendo por qué se sigue utilizando en su caso el término «recuperación» como si fueran personas con un problema similar al de los alcohólicos, los ludópatas o los drogadictos.

La prostituta, incluso la que es sacada de la calle y arrancada de las garras de los proxenetas más perversos, no necesita «recuperarse» de nada en absoluto.

Solo necesita que la ayuden.

Ayudarla a no tener miedo, ayudarla a valerse por sí misma, ayudarla a pensar por sí misma, ayudarla a elegir, ayudarla a deshacerse de los prejuicios, ayudarla a recuperar su dignidad.

Y, en caso de que, al final de todo esto, decida volver libremente a la prostitución, también habría que ayudarla a no sentirse sucia y discriminada.