septiembre 25, 2024 Erotismo de autor, Películas
Así nació Emanuelle negra.
Emanuelle negra. Puede que no sea una obra maestra, pero aún así merece cierta consideración
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Corría el año 1973 cuando el director Just Jaeckin llevó a la gran pantalla la famosa novela de Emmanuelle Arsan, asignando el papel protagonista a la bella Sylvia Kristel.
El éxito fue arrollador en todo el mundo, e Italia no desaprovechó la oportunidad de subirse a la ola del éxito y realzar aún más el personaje de Emmanuelle.
El director italiano que primero se dio cuenta de que era una «ganga» fue Bitto Albertini.
Pero, por razones obvias de plagio, el propio Bitto no pudo copiar totalmente a Kristel, por lo que decidió crear una figura que se inspirara en la modelo, pero que en el fondo fuera completamente diferente.
La novedad fundamental de este personaje creado por Albertini reside, en primer lugar, en el nombre, hábilmente cambiado de Emmanuelle a Emanuelle (y que debe pronunciarse estrictamente Emànuelle), así como en el hecho de que era una fotoperiodista negra.
Esta es la verdadera novedad de la película.
En consecuencia, se eligió a la actriz indonesia Laura Gemser, que, curiosamente, había interpretado un papel secundario en la primera secuela de la serie «oficial» de Emmanuelle, Emmanuelle 2 la Anti-Virgen.
Así nació Emanuelle negra.
Como era de esperar, esta película, estrenada en los cines en diciembre de 1975, fue también un gran éxito de público en Italia, pero, como solía ocurrir con las películas italianas de la época, no lo fue entre la crítica.
En el periódico Il Giorno del 6 de diciembre de 1975 (por C.R.) leemos :
Rodada en lujoso papel satinado Playboy, la pequeña película revela todo, pero realmente todo, sobre la mulata Emanuelle y se permite también algunas digresiones sobre espléndidos paisajes kenianos.
El único mérito del director Albert Thomas (seudónimo del director Albertini) es intentar algunos planos «artísticos». Las actrices y los actores se desnudan, o más bien se visten, porque en general están «desnudos»
Naturalmente, no estoy de acuerdo con estos juicios snobs y drásticos que se han vertido sin miramientos sobre esta película, que sin duda no será una obra maestra, pero que merece cierta atención, aunque solo sea por el hecho de ser la primera de una afortunada serie, también protagonizada por Gemser, que contará con unas cinco películas más, además de otra pareja «espuria» en la que la protagonista tendrá realmente el nombre de Emanuelle, pero que no la verá «vestir» el papel de fotoperiodista desinhibida y temeraria.
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El argumento de «Emanuelle negra» es en realidad muy débil: la bella fotoperiodista Emanuelle, en Nairobi para una sesión fotográfica, se encuentra como invitada de una pareja de blancos (Karin Schubert y Angelo Infanti).
Al poco tiempo, la protagonista empieza a dejarse llevar por los placeres del cuerpo e, inevitablemente, se encapricha de su anfitrión.
En ese momento, ¿qué elegir?
¿Quedarse en Nairobi cerca del hombre del que se ha enamorado, o huir para permanecer para siempre libre de enredos sentimentales?
Emanuelle optará por la segunda opción.
La exótica escenografía es muy sugerente, la música de Nico Fidenco, como de costumbre, es excelente y abunda el erotismo, como en la escena lésbica entre Gemser y Karin Schubert.
Sin embargo, a la película le falta un poco de «acción», que en cambio será uno de los puntos fuertes de las siguientes películas.
En mi opinión, el personaje de Emanuelle en esta primera película (que, paradójicamente, es la peor de toda la serie) se encuentra todavía en una fase embrionaria.
Vemos a una mujer ciertamente desinhibida y dispuesta a soltarse con desenfado, pero también a una mujer frágil y confusa ; un aspecto que no se repetirá en las siguientes películas, en las que los límites y la vulnerabilidad irán dejando paso a una Emanuelle cada vez más consciente, cínica y decidida, que se enfrenta a increíbles vicisitudes.
La intrépida fotoperiodista pasará despreocupadamente de los harenes exclusivos para mujeres a lidiar con caníbales en la selva amazónica, traficantes de armas, el mercado de la prostitución y la trata de blancas, y mucho más.
En definitiva, una verdadera paladín del amor libre que recorre constantemente los países del mundo en busca de primicias fotográficas y reportajes sensacionales, para deleite de los espectadores.