Censura y nuevos esclavos

diciembre 26, 2024 Memorias de debajo de la escalera

Perfecta y fatal.

«Veronica Baker»


Censura y nuevos esclavos

Censura y nuevos esclavos
No es un blog para niños…

A estas alturas, las opiniones se están polarizando peligrosamente en todos los ámbitos y hay una ola de fanatismo y censura que no solo afecta a las redes sociales, donde hace tiempo que se alteran arbitrariamente los cánones por los que se permiten o censuran ciertos temas (imágenes, tópicos, pensamientos).

Este comportamiento se está convirtiendo en un discurso generalizado que afecta a todas las multinacionales con intereses en internet.

Se avecinan tiempos muy oscuros.

Cuando se estrechan las posibilidades de expresión y todo pasa a ser censurable a juicio inapelable de los «censores», sin que existan normas claras sobre lo que está permitido y lo que no, esto equivale inevitablemente a una regresión social y cultural, y, por tanto, a una barbarización general.

Sin libertad de expresión y con una censura cada vez más inminente, disfrazada de «protección de los grupos más débiles y sensibles», no hay evolución del pensamiento ni cambio posible.
No puede haber liberación de viejos tabúes y prejuicios.

Sin libertad de expresión, el ser humano se estanca, se queda inmóvil en un statu quo perpetuo, preso en un bucle mental que no le permite ir más allá del punto en el que se ha detenido.

¿Acaso sorprende que Estados Unidos, que hasta hace unos años era puesto como ejemplo de libertad, esté a la cabeza de esta nueva Edad Media cultural?
Claro que no.

Los mismos EE. UU. que, a base de guerras, «exportaron» la democracia tratando de imponer un modo de vida occidental a ciertos pueblos precisamente alegando que esos pueblos no eran libres.

Censura y nuevos esclavos
¿Podemos esperar escapar de esta prisión?

No para sorprendernos, sino para entristecernos profundamente.

También somos culpables.
De hecho, hemos permitido y seguimos permitiendo esta situación.

Al utilizar únicamente medios digitales, no hacemos más que alimentar a los que ahora se han convertido en nuestros carceleros, proporcionándoles el alimento con el que se hacen cada vez más fuertes.

¿Podemos esperar escapar de esta prisión?

¿Podemos cambiar nuestros hábitos hasta el punto de salir de un sistema en el que constantemente se nos controla, censura, instruye y condiciona para que pensemos y actuemos como ellos quieren, sin permitirnos decidir?

¿Hasta cuándo seguiremos atrapados sin darnos cuenta?

Porque ellos son los carceleros, ellos son los que tienen las llaves de los candados con los que cada día encadenan más a la humanidad dentro de los confines de esa existencia que ellos mismos han diseñado cuidadosamente hasta el más mínimo detalle.

Una vida perfecta y fatal.

Para que los «nuevos esclavos» no tengan ninguna posibilidad de volver a ser libres.